El Genocidio Armenio y la Confiscación de Propiedad Armenia. Uğur Üngör, abril de 2012

Esta es una presentación de Uğur Üngör de abril de 2012, dada en jornadas organizadas por el Genocide Education Project (GenEd) en ocasión del 97 aniversario del Genocidio Armenio, que está por cumplir su centenario sin haber sido reconocido por el gobierno turco aún. El video dura 37 minutos y está en inglés con subtítulos en español. Más abajo hay una mini-biografía de Üngör y la transcripción de su presentación, traducida al español.


Bio

El Dr. Uğur Ümit Üngör es profesor asociado del Departamento de Historia de la Universidad de Utrecht y del Instituto de Estudios sobre Guerra, Holocausto y Genocidio (NIOD) en Ámsterdam. Obtuvo su PhD (cum laude) en 2009 de la Universidad de Ámsterdam con su tesis La Ingeniería Social de los Jóvenes Turcos: Violencia en Masa y Nación-Estado en la Turquía Oriental, 1913–1950, posteriormente publicada por la editorial de la Universidad de Oxford bajo el título La conformación de la Turquía moderna: Nación y Estado en Anatolia del este, 1913–1950.  Este trabajo le valió el Praemium Erasmianum y el premio Keetje Hodshon de la Real Sociedad de Ciencias y Humanidades de Holanda.

Se especializa en la sociología de la violencia en masa en la conformación de Estados y naciones, y particularmente en los genocidios armenio y de Ruanda. Sus publicaciones también incluyen el libro Confiscación y destrucción: El apropiamiento de propiedad armenia por los Jóvenes Turcos (Bloomsbury Academic, 2011) escrito junto con Mehmet Polatel. Antes de su actividad actual disertó sobre historia internacional en la Universidad de Sheffield y fue investigador post-doctorado en el Centro de Estudios Bélicos del University College de Dublín. En 2012, obtuvo el Premio a Jóvenes Científicos de la Real Academia de Ciencias de los Países Bajos.


(El video original puede verse acá. Los títulos de las publicaciones dadas arriba fueron traducidos del inglés al escribir este post.)

Trascripción

Hoy quisiera resumir los dos libros que publiqué el año pasado. Uno es sobre la construcción de la Turquía moderna. Sobre cómo las provincias del este de Turquía, o la Armenia occidental, se convirtieron en parte del Estado-nación turco. Y el otro, un proyecto derivado del anterior, es sobre la propiedad privada de los armenios en este proceso. Este tema no había sido realmente estudiado, hasta donde sé, en contraste con otros genocidios modernos como el Holocausto y los que ocurrieron en Bosnia y Ruanda.



Primero haré una introducción al genocidio armenio. Argumentaré que no fue un  solo proceso, no fue solamente deportaciones o solamente masacres, sino un abanico de políticas destructivas. Puedo contar al menos ocho. Luego discutiré algunas leyes y procesos de confiscación y expropiación, y terminaré dando un ejemplo de una industria armenia que fue expropiada por el gobierno de los Jóvenes Turcos. 

Como ocurrió en otros genocidios, el de los armenios no fue un solo proceso. Puede ser interpretado como varios procesos, secuenciales y a veces solapados, que encajaban unos con otros produciendo un proceso intencional de destrucción.





El primero fue la persecución. Este es un mapa con el que están familiarizados, de la demografía armenia en 1914. El azul más oscuro significa mayor porcentaje de armenios. Comenzando en el invierno de 1914, Talaat Pashá despidió a todos los servidores públicos armenios en el imperio—primero a los policías, bomberos, maestros por ejemplo, de primaria, de secundaria, todos los armenios fueron despedidos de la administración pública. 

Luego iniciaron—y me refiero sobre todo a Talaat—la segunda fase, que era la decapitación. Esto fue, por supuesto, el infame arresto del 24 de abril, cuando ordenaron la destrucción de las élites, empezando por Estambul y repitiéndolo en las provincias. Quisiera decir dos cosas sobre esta decapitación. Creo que esto es muy importante. Primero, estas fueron extremadamente sistemáticas. Había listas de hombres (eran todos hombres) a ser arrestados y ejecutados, y estas listas fueron enviadas de vuelta a Estambul para corroboración. Segundo, este proceso fue extremadamente rápido. El tiempo vuela, sobre todo durante el genocidio armenio. En cuestión de semanas, toda la élite del imperio—y me refiero a la inteligentsia económica, la inteligentsia intelectual, y la élite religiosa—fue destruida. 


Aquí hay dos de esos individuos. El hombre a la izquierda, Krikor Zohrab, era un escritor muy famoso, y a la derecha tenemos al obispo de Malatia, Mikael Khachadourian. Lo que es interesante es que, si estudiamos las biografías de estos dos hombres, no tienen nada en común. Krikor Zohrab era un liberal de izquierda, ateo, muy crítico de la iglesia, y Mikael Khachadourian era un obispo, conservador y devoto. Ambos fueron arrestados y asesinados. Creo que esto es importante. Dos hombres sin nada en común excepto ser armenios. Esa es la esencia del genocidio: reducir a las personas a su identidad étnica. 

La tercera fase fue inaugurada con deportaciones. El 23 de mayo, un mes después de los arrestos, Talaat Pashá ordenó la deportación completa de los armenios al desierto de Siria, a Der Zor. Esto también es importante, porque esta orden fue publicada, y encontramos el documento oficial en los Archivos Otomanos. Esta en sí misma es una orden genocida, la deportación completa de una población civil al desierto. 

El cuarto proceso fue la expropiación de los bienes. Hablaré sobre eso en la segunda mitad de mi presentación.

La quinta fase fue el asesinato en masa. Empezando en el verano de 1915, unidades especiales (estos hombres) comenzaron a asesinar a civiles armenios a lo largo del imperio. Hasta ahora teníamos muy poca información sobre estos hombres, las organizaciones especiales, TeşkilâtMahsusa, qué clase de organización eran, cómo se fundaron. Encontré esta foto en el archivo otomano, publicada en una revista de guerra. Vemos que están vestidos con el mismo uniforme y, además, y esto es extremadamente importante, están posando en frente del ministerio de guerra en Estambul. Así que el gobierno no puede seguir diciendo “Bueno, no teníamos nada que ver con estos grupos, eran unos bandidos que andaban por ahí.” ¿Por qué están posando junto al ministerio de guerra? Ese edificio aún existe, es ahora el Museo Militar de Estambul.

La lista sigue. La sexta fase del genocidio fue la asimilación forzada. La absorción de mujeres y ciertos niños en hogares turcos y musulmanes. Esto también es significativo, y un proceso genocida, porque es un ataque sobre la identidad cultural de las personas. Al asegurarse que las personas no pudieran reproducir y continuar su identidad cultural, esto era un asalto a una idea abstracta de la cultura representada en estos individuos. De cierta manera esto también es la esencia de lo que es un genocidio. Hombres fueron separados de mujeres, y niños fueron separados de sus padres, rompiendo los vínculos primordiales de los seres humanos. Esta fue la sexta fase del genocidio.

Luego tenemos la séptima fase: la hambruna criminal. Desde 1916, mientras los armenios seguían llegando a Der Zor, Talaat Pashá y sus hombres organizaron una hambruna artificial, una zona de hambruna artificial. Las personas fueron colocadas en una región y prohibieron que el pan pudiera producirse o llegar a ese lugar. Y eso es muy importante porque aquí puede distinguirse lo que lo hace genocida. Se les dio pan a las personas turcas que vivían en Der Zor, pero para los armenios estaba frecuentemente prohibido comprarlo o importarlo. Uno se preguntaría por qué lo hicieron, pero no quedan dudas sobre la intención de esta política.

Y aún no terminé. La fase final del genocidio fue el ataque al patrimonio cultural, la arquitectura. Empezando en 1915, pero esta política continuó en los 1920s y 1930s. El gobierno turco empezó a destruir iglesias y monasterios. Aquí tenemos solamente un ejemplo. 


A la izquierda vemos el monasterio de Surp Hovannes en Alashkert, y a la derecha vemos el mismo sitio en 1970. Lo que queda de este monasterio son solo cimientos, ¿no? Y claramente se ve que se trata del mismo sitio. Algunos de mis estudiantes me preguntan cómo lo sabemos. Aquí hay una banda negra en la montaña. La vemos acá también, justo acá. Y estos son los cimientos del monasterio.

Puede decirse que estas políticas eran completamente diferentes. Y es cierto. Pero también convergen entre sí. Juntas, y solamente juntas, producen un proceso intencional y cohesionado de destrucción. Para el final de la guerra, las aproximadamente 2900 comunidades armenias habían sido despobladas y alrededor de un millón de armenios habían muerto.

Quisiera pasar a hablar de las políticas de despojo. Desde ya que esos ocho factores deben ser estudiados, y ya fueron estudiados, en detalle. Pero quisiera mencionar dos procesos importantes antes de pasar al despojo. 



Primero, creo que el genocidio fue una “racialización” de la identidad armenia. Puede verse al mirar estos círculos. Empezaron por el círculo más pequeño, las élites. Luego lo agrandaron, para incluir a todos los hombres. Después incluyeron a mujeres y niños. Y luego agregaron a los armenios católicos, a los armenios protestantes, muchos de los cuales protestaron diciendo que no tenían relación con la sociedad armenia, pero fueron deportados y masacrados. Finalmente, hasta incluyeron a los armenios que se habían convertido al Islam. En 1916/7, Talaat Pashá envió una orden a todo el país diciendo “Los armenios que se convirtieron al Islam lo hicieron solo para escapar de la deportación. Deben ser encontrados, arrestados y deportados.” Es interesante, porque significa que no podías hacer nada, como armenio, para salirte de esa categoría.
Pero hay cierta evidencia de lo contrario y quisiera discutirla con ustedes. Miremos este mapa, que fue publicado por Ana Sarafian.  


Está basado en el cuaderno secreto de Talaat Pashá, que le fue dado a su viuda y luego a un periodista turco, Murat Bardakçı. Muestra la proporción de muertes para cada provincia. Las porciones negras son los armenios asesinados. En gris oscuro están los deportados pero sobrevivientes, y en gris claro los que nunca fueron deportados. Los invito a notar las diferencias. ¿Qué notan? Inmediatamente se nota que la proporción de muertes es mucho más alta en el este. Desde ya que algunas personas usan esto como un argumento negacionista, diciendo “Mirén, acá en Ankara, 29% de los armenios no fueron deportados, así que no fue un genocidio.” Ese argumento es ridículo, pero aquí hay algo para pensar seriamente. ¿Cómo explicamos que en la provincia de Diyarbekir, que explicaré en un momento, un 97% fue destruido en el lugar, sin deportaciones, mientras que en Adana un 24% sobrevivió sin ser deportado?  Por supuesto, los secretos de este enigma están en mis libros, que les ruego vean (risas). También los discutiré luego. 

Pasemos entonces al proceso de confiscación. Entre mayo y noviembre de 1915, Talaat Pashá emitió cuatro decretos. Fueron llamados “leyes”, pero no tenían nada que ver con leyes, por supuesto. Para las leyes se necesita un proceso legal, separación de poderes, y no fue el caso. Era una dictadura.

Empezó por la orden de deportación. Ese decreto establecía que los armenios podían acarrear todo lo que quisieran. Así que si tenías una casa, o tierras, podías venderlas y llevar el dinero a Der Zor, donde te “establecerías”. Eso sonaba promisorio.

Pero los dos decretos posteriores cambiaron totalmente esta política. En junio el gobierno creó las Comisiones de Propiedad Abandonada. Eran organizaciones para asaltar la economía armenia. Con una decisión, todas sus propiedades fueron oficialmente transferidas al gobierno. Tomaron esa decisión pero quedaba pendiente afinar detalles, lo que derivó en otras dos decisiones. Una, en septiembre, cuando delegaron la implementación de este enorme plan en tres ministerios: Interior, Finanzas y Justicia, porque entendieron que este era un proceso inmenso. ¿Quién lo iba a organizar? Esos tres ministerios.  Por supuesto guardaron un registro de estas propiedades y de la correspondencia entre ellos. Tenemos esta correspondencia. Está en los Archivos Otomanos en Estambul, y pudimos verla, en cantidad. 

Finalmente, en noviembre de 1915, el gobierno incautó todas las tierras, mediante nuevas regulaciones sobre la propiedad inmueble. Por ejemplo, toda la tierra de la iglesia fue confiscada. 

Quisiera remarcar dos cosas. Primero, estas leyes eran moralmente ilegítimas. Eso estaba claro incluso para los oficiales otomanos. Segundo, eran también inconstitucionales. Según la ley otomana, no era aceptable expropiar a la población civil de esta manera. Pero para el gobierno esto era un pretexto. Las leyes eran un ataque frontal a la comunidad y ocurrió paralelamente a aquellos ocho procesos.

¿Cómo comunicaron este proceso a la población? Esta es una pregunta importante. Eran herméticos y engañosos en cuanto a sus intenciones. Leamos dos órdenes diferentes. Una, la comunicada a los armenios. La segunda, acerca de cómo el gobierno se escribía entre sí, secretamente. 

La primera, una nota pública en Kayseri en junio 15 de 1915. Leámosla juntos. “Dejen todas sus pertenencias—sus muebles, sus sábanas, sus aparatos. Cierren sus negocios dejando todo dentro. Sus puertas serán selladas con estampillas especiales. Cuando regresen, tendrán todo lo que dejaron. No vendan inmuebles u objetos valiosos. Tanto compradores como vendedores rendirán cuentas ante la justicia. Depositen todo su dinero en un banco, a nombre de un familiar que viva en el exterior. Hagan una lista de todas sus pertenencias, incluyendo animales de producción, y dénsela a los oficiales designados así todas sus cosas podrán serles restituidas más adelante. Tienen diez días para cumplir con este ultimátum.”

La gente leyó esto y debía obedecer, y lo hicieron a la fuerza. En las distintas provincias esto fue hecho en formas diversas. Pero esto en principio suena promisorio. Digo, suena bien, ¿cierto? Devolverán las cosas. 


Pero si miramos la correspondencia interna del gobierno, secreta, nos enfrentamos a una situación completamente diferente. Esta es una comunicación secreta de Talaat Pashá a todas las provincias, de enero 6 de 1916. Escribe “Los bienes muebles dejados por los armenios deberán ser preservados para el largo plazo, y para el incremento de los negocios turcos en nuestro país se deberán establecer empresas conformadas solamente por turcos ... Bienes muebles deberán serles entregados bajo condiciones adecuadas que garanticen la consolidación sostenida de las empresas. El fundador, la dirección y los representantes deberán ser elegidos de entre líderes honorables y la élite ... [Los bienes deberán ser] registrados a sus nombres para evitar que el capital caiga en manos extranjeras. El crecimiento del espíritu emprendedor en el pueblo turco deberá ser monitoreado, y esta empresa y los resultados de su implementación tienen que ser reportados al ministerio paso a paso.”

Esto es un texto completamente distinto. Claramente dice “Tomamos tu propiedad, se la entregamos a nuestra gente y nunca más la tendrás.” Para entonces, 1916, la expropiación estaba casi completada y la mayoría de los bienes estaban ya siendo entregados a turcos comunes. 

¿Cómo podemos interpretar este proceso? Debemos entender que la destrucción de los armenios otomanos despojó a una vasta economía de sus propietarios. Cientos y miles de granjas, fábricas, negocios, talleres, casas, todo lo que puedan imaginarse, y en algunas ciudades secciones enteras del bazar, fueron confiscados. Las Comisiones de Propiedad Abandonada liquidó todos los bienes a precio vil, vendiéndolos a turcos. Por ejemplo, si tenías una granja que costaba seis mil dirham, el gobierno te la robaría y se la vendería a un turco por cinco dirham. Es un proceso que llamamos “confiscación y colonización”—tomar una propiedad, confiscarla, y colonizarla dándosela a turcos comunes. Esto es importante, debemos estudiarlos juntos. 

Hay algunas cosas que puedo decir de cada una. Notificación: a veces los armenios no recibían ninguna. Los gendarmes llegaban a sus casas, armados, y les decían “Tienen que irse ahora, y van a dejar su propiedad aquí.” A veces tenían tres días. En Kaiseri tuvieron diez. 

Segundo, organización o coordinación. Todo este proceso fue documentado con gran precisión y reportado a Estambul. Eran 33 comisiones y todas registraban en libros. Estos libros existen, aunque no tenemos acceso a ellos. Están en Ankara. 

Tercero, liquidación. Todas las cuentas de banco de los armenios en este período fueron limpiadas por el gobierno y transferidas al Tesoro, con el Ministerio de Finanzas. Piensen en esto. Todos ustedes tienen cuentas de banco y yo también. Imaginen que el gobierno un día se apropia de todas. ¿Qué les quedaría a ustedes? Nada.

Finalmente hay corrupción masiva. Volveré a esto en un minuto.

Colonización. ¿Qué hicieron con esta propiedad? Primero, fue entregada a la burguesía turca. Las clases medias, gente socialmente ascendente que necesitaba estos bienes. 

Segundo, fue entregada a los refugiados venidos de los Balcanes. Muchos turcos fueron expulsados de los Balcanes, eran pobres y necesitaban propiedades, tierra, una casa. 

Tercero, fue asignada al ejército, o tomada por ellos. 

Cuarto, fue usada para financiar al gobierno. Por ejemplo, se necesita un puente, se necesita una escuela, tomen del dinero armenio. Dijeron eso muchas veces, “tomen del dinero armenio”. 

Finalmente, también fue usada para costear las deportaciones. Porque no eran baratas. Había que pagarle a gendarmes, gobernadores. Esto significa que los armenios otomanos financiaron su propia destrucción sin saberlo. 

Mi último punto de esta primera parte será un análisis. ¿Cómo podemos entender esto? Hicimos una estructura piramidal para entenderlo. Para la élite más encumbrada—Talaat Pashá, Enver Pashá, todos esos nombres—era un asunto ideológico. Era sobre crear un Estado turco y una “Economía Nacional” sin importar el costo. 


Pero si miramos a los mandos medios del Estado, ministros y organizaciones gubernamentales, era un asunto de competencia. Querían su pedazo de la torta. En todo gobierno, los ministros compiten por el presupuesto. Lo mismo ocurría en el otomano. Los ministros, de Interior, Finanzas, el partido de los Jóvenes Turcos, el ejército, todos competían por un pedazo de la acción. 

También hay conflictos interesantes entre familias turcas peleándose entre sí por propiedades armenias. Digamos que hay dos familias turcas, vecinas, y un comerciante armenio con su negocio. El comerciante es deportado, ¿qué pasa con su propiedad? Las familias turcas pelearían entre sí para conseguir esa propiedad. Hubieron hasta asesinatos. Estos conflictos violentos están registrados en archivos policiales. 

En la base, era un asunto de saqueo, de robo. La criminología dice que la oportunidad crea el crimen. Talaat Pashá creo una gran oportunidad para que gente común piense que no había problema en robar los bienes armenios porque nadie los iba a proteger. Y turcos comunes, sobre todo si eran pobres, fueron movilizados porque podían enriquecerse rápidamente. Imaginen que son un campesino turco pobre. Viven en una pequeña granja, tienen dos vacas y una parcela pequeña. En un día, así de rápido, podían obtener una granja grande con cientos de vacas. Para gente común esto era una gran oportunidad.

Antes de pasar a la segunda parte de la presentación, quisiera apelar a su imaginación. Quisiera mostrarles la escala del genocidio. Este es un mapa de Muş. Quizás haya gente de Muş aquí. Sí, hay algunos. 


El valle de Muş es famoso porque habían muchos pueblos armenios en este área de casi el doble de la extensión del estado de Massachussets. Cada punto es un pueblo armenio de unos 200 a 1500 habitantes. Solo mírenlo un segundo. El gobierno fue de pueblo a pueblo a pueblo y a pueblo para llevar a cabo todos esos procedimientos. Imaginen la escala del genocidio. Esta era solo una provincia. Imaginen la escala de la propiedad privada involucrada. Es casi imposible de imaginar.

¿Cómo fue este proceso de confiscación concretamente? Ravi les mostró el mapa de Diyarbakir. Lo mostraré de nuevo. Esta provincia duplica en tamaño a Massachussets. Allí vivían cerca de medio millón de personas. Dos tercios eran musulmanes—kurdos, turcos y árabes—y un tercio cristianos, armenios pero también asirios (surianis). Muchos armenios aquí eran campesinos, vivían en el campo, pero también había comunidades armenias en las ciudades, una economía, iglesias, escuelas, etc.


En marzo de 1915, este hombre fue ascendido a una posición de mucho poder. Fue hecho gobernador de Diyarbakir. Era un fanático anti-armenio y nacionalista turco, Dr. Mehmed Reshid Bey. Cuando fue promovido desplazaron al gobernador anterior, que era demasiado progresista y amistoso con los armenios. Él estableció esta comisión para expropiar los bienes. Esta comisión era encabezada por él, Reshid. Organizó la expropiación de los armenios de Diyarbakir, haciéndoles colocar todos sus bienes dentro de la iglesia. Esa iglesia, San Giragos, es según dicen la iglesia más grande del medio oriente. Fue reabierta recientemente. Casi todos los objetos de los armenios de Diyarbakir fueron colocados en esta iglesia. Ropa, platería, cortinas, alfombras, muebles, sacramentos, todo lo que puedan imaginar. Gendarmes y policías se llevaron la mayoría de estos bienes. Reshid también.

En sus memorias niega el genocidio, por supuesto. Pero la evidencia de su enriquecimiento personal durante el genocidio es abrumadora. Talaat Pashá le dio la orden “No robes bienes armenios. Debes dárselo a turcos comunes, no ponerlo en tus bolsillos.” Pero al terminar con su mandato como gobernador había amasado una pequeña fortuna. Se había llenado de joyas, piedras preciosas, una pila de alfombras, y antigüedades. Hasta robó un piano, y no hay evidencia de que tocara el piano. Después de la guerra se suicidó porque fue acusado por un tribunal. El suicidio en un genocida es interesante porque demuestra su cargo de conciencia. Solo los culpables se suicidan. 

Dejó una viuda y tres hijos. En 1923, Mustafá Kemal Ataturk tomó propiedad armenia y se las dio a su viuda e hijos. Bienes específicamente armenios. Esa propiedad estaba en Kadıköy, Estambul, que entonces era un barrio de categoría. Fui a la calle (en los Archivos dice dónde es) y había una mujer en el balcón. Le dije “Hola. Soy de Ámsterdam y quisiera hacerle unas preguntas históricas.” La mujer dijo “Claro. Suba.” Así que subí, tomamos café, y resulta que era la bisnieta de Reshid Bey, viviendo aún en esa casa. Ahora es de apartamentos, antes era una casa normal.

Reshid no estuvo solo en este frenesí genocida.  Uno de los aspectos del genocidio menos estudiados fueron los perpetradores comunes. No los organizadores sino quienes tomaron armas y salieron a matar. Encontramos a algunos de estos perpetradores. Estos son dos. 


Aziz Feyzi, a la izquierda, era diputado de Diyarbakir, de la familia Pirinccizade de Diyarbakir, y a su derecha tenemos a su primo, Bekir Sıdkı. Durante el genocidio, ambos adquirieron una fortuna inimaginable. Aziz Bey, el de la izquierda, asesinó al obispo de Diyarbakir con sus propias manos, organizó la destrucción de la élite armenia, que fue propagada desde Estambul, y también atropelló contra campesinos. Si viajan a Diyarbakir hay una planicie con varios pueblos, Çayırdere, Karabaş, etc. Le dieron el pueblo entero a Aziz por sus logros en el genocidio. Así que para él era una oportunidad de hacerse muy rico.

Su primo, el hombre de la derecha, con sus tres hijos, fue un asesino en masa muy famoso. Fue nombrado alcalde de Diyarbakir. Sacaron al alcalde anterior que era demasiado progresista. Sıdkı fue muy funcional al asesinato de armenios bajo batallones de trabajo y de expandir el genocidio para incluir a los asirios. Él también se hizo muy rico en el genocidio. Compró casas—también en el barrio Kadıköy de Estambul. Vivió hasta 1973, muchos años. Era tan rico que en 1929, durante una gran crisis económica, envió a su hijo, el de la derecha, a estudiar a La Sorbona en París, que les aseguro no era barata. Ese hijo crecería para convertirse en Cahit Sıtkı Tarancı, el más célebre poeta de la Turquía moderna.

Encuentro deprimente decir que el genocidio fue probablemente lo mejor que les pasó a estos tipos. Fueron profundamente cómplices de los crímenes, probaron su lealtad a Talaat de esa forma, y se enriquecieron mucho. 

¿Cómo afectó esto a los armenios? Les voy a dar un ejemplo, la industria del cobre, y luego finalizaré.

Diyarbakir, como su nombre lo indica, es famosa por sus minas de cobre. Antes de la guerra había 600 trabajadores del cobre, que producían mucho. Se ve claramente en el color del agua, roja, que hay cobre. Solía ser extraído de las montañas por dos empresas armenias. Esos dos hombres fueron asesinados en el genocidio. Soldados alemanes viajaban por acá, uno de ellos general, que dijo “Claro que estamos perdiendo la guerra, si no extraemos nada de cobre.” Se necesita cobre para producir elementos de guerra, balas. Tenía razón. De los 600 trabajadores, casi todos eran cristianos—armenios y asirios. Tengo estadísticas. La ganancia neta de esta industria era 30%. Muy buena. Se producían 70.000 kilos de cobre al año, solo en esta provincia, gracias a estos 600 trabajadores. Acá se ven. A la derecha el jefe y a la izquierda los muchachos que trabajan para él. Hoy diríamos que esto es trabajo infantil pero en esa época era normal. Más adelante estos chicos se convertirían en jefes.

Después del genocidio quedaron 30 de los 600 trabajadores del cobre de la provincia. 570 fueron asesinados. La producción cayó 95% después de la guerra. Estas estadísticas fueron publicadas por el Ministerio de Economía.

Hay un ejemplo y quisiera cerrar con él. Recuerdan la orden que leímos antes, de darle a turcos los negocios armenios. Esta orden llegó a Diyarbakir en junio de 1915. Un ejemplo que sintetiza esta política es la fábrica de cobre de Sarkis Kazanjian. Era un industrial armenio que daba trabajo a docenas de empleados. Acá se los ve fundiendo cobre. El gobierno otomano le había dado una concesión por 99 años para extraer cobre de la montaña. Le envió esta foto a su hijo, que estaba en Nueva York, y por eso la tenemos. 


En junio de 1915, Kazanjian fue asesinado en el genocidio, por las milicias del Dr. Reshid, la fábrica fue tomada y los empleados fueron reunidos y ejecutados fuera de las murallas de la ciudad. Arrojaron sus cuerpos al Tigris. La fábrica, y todos sus bienes—martillos, yunques, todo—fue confiscado por la familia Pirinccizade. Aziz Feyzi Bey dirigió esta fábrica después de la guerra.

Estudiando la historia de la Turquía moderna vimos la cámara de comercio de Diyarbakir en 1935. Tenemos esta foto de la cámara, de fabricantes y empresas locales. Si vemos la lista de miembros en 1935, hay un solapamiento total con perpetradores del genocidio. Estudiamos esta foto. El hombre sentado en la cabecera es nada menos que Bekir Sıdkı, uno de los máximos perpetradores. Esta era la “Economía Nacional” que Talaat Pashá tenía en mente, y la logró.

Para concluir, hay cosas que sabemos y otras que no sabemos todavía. Primero, claramente el genocidio armenio fue una de las mayores transferencias de propiedad privada de la historia moderna. Para los armenios otomanos esta política fue desastrosa, quizás apocalíptica. Porque no solo se perdía la propiedad privada. Las personas también perdían su identidad profesional. Farmacéuticos y profesores universitarios, sobre todo en el comienzo, terminaban fregando las calles de Alepo. Fue un entorpecimiento social, una movilidad descendente para las víctimas. Es importante notarlo. Tenemos a Zindjian ahora, el famoso productor de platillos, pero habían cientos o miles de familias artesanas que eran muy buenas en algo específico. Casi todas fueron eliminadas. Hay muchos ejemplos en nuestro libro.

Segundo, la propiedad privada armenia fue empleada en propósitos diversos. Ya hablamos de eso. Fue dada al ejército, a los refugiados y la clase media. 

Tercero, habían tensiones en la estructura del proceso de confiscación, que creó enormes conflictos entre turcos que se peleaban por este patrimonio. Para la élite gobernante era un asunto ideológico, para los mandos medios uno de competencia, y para la gente común era  una oportunidad de saqueo.
Finalmente, la documentación también sugiere, y este es nuestro argumento, que el objetivo principal de esta política no era la propiedad privada sino la remoción de personas, de seres humanos. La propiedad fue un problema secundario. Era una cuestión nacional, no económica.

Salud.

También hay cosas que no sabemos. No sabemos tres cosas todavía. Primero, números precisos. No sabemos las estadísticas, exactamente quién poseía qué, aunque sabemos que hay listas, calle por calle, casa por casa, de quién poseía qué. Porque Talaat las pedía y le fueron enviadas a Estambul. Desafortunadamente, los archivos del registro de tierras en Ankara están cerrados. Les escribimos pidiendo acceso pero nos lo negaron, porque se trata de una caja de Pandora. 

Segundo, no terminamos de entender la relación entre propiedad privada y pública. ¿Cuánta de esa propiedad fue al Estado y cuánta a manos privadas? Un ejemplo es la familia Sabancı, en Adana. Sabancı es una holding enorme en Turquía. Poseen una universidad y muchas empresas. El abuelo de la familia, Hacı Sabancı, admitió en sus memorias que obtuvo propiedades del gobierno cuando llegó a Adana. El gobierno le dio campos de algodón. Se convirtió en el hombre más rico de Turquía, también su familia.

Finalmente, tampoco entendemos—y este quizás sea el núcleo de la cuestión—la relación entre destrucción y construcción. ¿Cómo afectó el genocidio a la economía de la Turquía moderna? ¿Provocó declinación o desarrollo? En realidad no lo sabemos.

Quisiera terminar dando algunas estadísticas que encontré en el sitio web de las Naciones Unidas, las estadísticas mundiales de agricultura que hay en www.un.org. Encontré algunas muy interesantes. Turquía es el productor número uno de cerezas, damascos (albaricoques), higos y avellanas del mundo. También de sandías, melones, pepinos y tomates. 

Por ejemplo las avellanas. Es un negocio fascinante. Turquía es lejos el mayor productor del mundo. El segundo es Italia y está muy por debajo. En 2008 Turquía produjo 800.000 toneladas de avellanas y exportó 1500 millones de dólares. Es un gran logro, pero sabemos que en 1914 unos 130 agricultores de avellanas en el imperio eran armenios. ¿Cómo se relaciona esto con el genocidio? Creo que está pendiente la investigación de estos tres aspectos del genocidio. 

Muchas gracias por su atención.

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